Ayer me terminé el libro de Robert Harris que lleva por título el nombre de esta ciudad italiana que en el año 79 de nuestra era sufrió las consecuencias de una tremenda erupción del volcán Vesubio. Me ha gustado mucho, la verdad. No soy buena haciendo críticas de libros porque no puedo evitar las emociones y creo que para hacer una crítica uno debe ser objetivo, pero sí puedo recomendar su lectura. Es ameno, es dinámico, son tres días intensos en las vidas de un puñado de personajes. El protagonista es un ingeniero, Marco Atilio Primo, que acaba de hacerse cargo del Aqua Augusta, un gran acueducto que suministra agua potable a los habitantes de varias ciudades de la bahía de Nápoles, su predecesor ha desaparecido y la resolución del misterio de dónde se halla así como de averiguar por qué los manantiales se están secando, lo conducen hacia el mismo volcán y es cuando se da cuenta que el gran gigante está a punto de despertar.
Entre los personajes se halla el historiador Plinio, gran erudito amante de los fenómenos naturales que legó a la cultura una de las descripciones más escalofriantes de lo que sucedió, lo hizo de primera mano y su gran curiosidad científica lo llevó a la muerte. Así describe su muerte el escritor, haciendo un alegato a la soberbia del hombre, que quiere por todos los medios dominar la Naturaleza:
"...Había hecho todo lo que había podido. Había observado la "manifestación" en todas sus fases, había descrito sus etapas -columna, nube, tormenta y fuego- y se había quedado sin palabras para describirla. Había vivido una larga vida, había presenciado muchas cosas, y en ese momento la naturaleza le permitía un último atisbo de su poder. En los momentos finales de su existencia, Plinio siguió observando con el mismo interés que el de un niño. ¿Qué mayor bendición podía desear un hombre?
La franja de luz era muy brillante y, aun así, latían sombras en su seno. ¿Qué podía significar? Seguía sintiendo curiosidad.
Los hombres confundían el hecho de medir con el conocimiento; además siempre se ponían en el centro de todas las cosas. Ese era su mayor engreimiento. "La tierra se recalienta:¡tiene que ser nuestra culpa! La montaña nos destruye: ¡pero hemos rendido tributo a los dioses! Llueve poco, llueve demasiado..." Era el alivio de pensar que esos hechos estaban relacionados con su conducta, que si vivían una vida mejor, más frugalmente, su virtud se vería recompensada. Pero allí estaba la naturaleza, echándosele encima, inabarcable, todopoderosa, indiferente. En sus fuegos vio toda la futilidad de las pretensiones de los hombres.
Resultaba difícil respirar o sostenerse en pie en medio del huracán. El aire estaba lleno de polvo y cenizas y tenía un brillo terrible. Se asfixiaba. El dolor en el pecho era como un corsé de hierro. Se tambaleó hacia delante.
Enfréntalo. No cedas
Enfréntalo como un romano
La ola se lo tragó."
Estupenda descripción. Más adelante y a modo de epílogo el autor nos informa sobre el final de Plinio y sobre la trascendencia de su obra para la posteridad:
"El cuerpo de Plinio fue recuperado de la playa ...y fue llevado a Miseno junto con sus observaciones. Posteriormente estas se demostraron tan exactas que dieron origen a una nueva denominación científica, "Plínica", para definir una erupción volcánica en la que una estrecha oleada de gas es lanzada con gran violencia por la chimenea principal a una altura de varios kilómetros antes de expandirse lateralmente."

Realmente tuvo que ser terrible para aquellas personas. Caminar por las calles de Pompeya hoy día nos da una idea aproximada de las dimensiones de la tragedia. Es increíble observar cómo las calles se encuentran tal y como estaban hace casi 2.000 años, las casas levantadas, los muros pintados, los hornos de pan intactos....Es como hacer un viaje en el tiempo.
Hay un documental buenísimo de la BBC sobre el último día que vivió la ciudad de Pompeya, lo recomiendo. Es mitad documental, mitad dramatización en la que unos actores recrean cómo pudieron ser algunas de las personas que se encontraron en los moldes, partiendo de joyas que llevaban o de los objetos que portaban en su huida. También hicieron una película en los años 60 y una serie de televisión en los 80 que me parece que estaba basada en el libro de E.G. Bulwer-Lytton ( lo leí hace muchos años y me gustó bastante). En fin, que de Pompeya hay muchísima bibliografía y documentales.
También volveré a Pompeya, sin lugar a dudas, es imposible verlo en un día, es impresionante. Eso sí, no lo haré en verano ¡¡¡que nadie vaya en los meses de verano!!! un sol aplanador y temperaturas infernales incluso a primera hora de la mañana pueden arruinar la visita hasta a los apasionados de la arqueología y la Historia